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Formula Student: La gran desconocida

¿Cuántos de nuestros lectores han empezado a leer este artículo porque nunca han escuchado ni hablar de la Fórmula Student? Seguramente vaya de algo de monoplazas, por la foto de la cabecera o por lo de ‘Fórmula’. Pero ¿qué más encierran estas dos palabras?

La Fórmula Student es una competición que brinda a los estudiantes la ocasión de desarrollarse mientras cumplen su sueño. De aprender mientras se realizan como ingenieros. Una prueba que, todo lo que tiene de didáctica, lo tiene de desconocida.

Se creó en 1981 y su cometido apenas ha cambiado desde entonces: dar la oportunidad a alumnos de ingeniería de, cumpliendo una serie de normas, diseñar y fabricar un monoplaza para competir contra otras universidades.

Esta competición se ha extendido por muchos países, siendo Formula Student Spain la representante en nuestro país. Se celebra a finales de agosto en el circuito de Montmeló, y acoge a más de 70 universidades de todo el mundo, que presentan tanto coches de combustión como eléctricos y autónomos.

Una vez allí, se verifica que todos los coches cumplen las normas establecidas, dando especial importancia a la seguridad de los mismos. Pero este evento no se queda en simples verificaciones: es mucho más.



© Araschmetterling Algunos de los equipos españoles asistentes a la competición

Cada equipo debe desarrollar una empresa alrededor del monoplaza. Se debe crear un plan de negocios atractivo para posibles inversores y que será juzgado durante la competición. Se razonan todos los costes del coche, explicando materiales y procesos de fabricación empleados, premiando a los más innovadores a la hora de reducirlos. Se justifican cada uno de los aspectos del diseño del coche, exponiendo su finalidad y motivación. La financiación la deben conseguir también los propios alumnos, en búsqueda de patrocinadores; como cualquier competición de motor.

Tras esto, llegan los eventos dinámicos, donde el vehículo debe mostrar su agilidad, su aceleración, su fiabilidad y su consumo a través de cuatro pruebas. Todas estas categorías dan puntos a los equipos, dejando patente que lo importante no es sólo ser el más rápido, sino también el que mejor aprovecha los recursos.

¿El resultado? Una prueba internacional en la que, durante unas semanas, estudiantes de todo el mundo comparten sus conocimientos sobre este mundo, sus experiencias e intentan seguir mejorando con la ayuda y consejos de los mejores. Una oportunidad de aprender no sólo para los futuros ingenieros, sino para todos aquellos interesados en el mundo del motor, ya que la diversidad de las pruebas acoge a todas las disciplinas: desde ingeniería aeroespacial hasta marketing o ADE.

Una oportunidad de oro para los estudiantes españoles de aplicar lo aprendido en las aulas, en un proyecto real. Para las universidades, de demostrar que lo que ofrecen no son tan sólo clases teóricas, sino una formación completa diferente a lo que se ha hecho siempre. Un sueño desconocido para la mayoría por su poca repercusión y apoyo en nuestro país.

Sin embargo, cada vez son más los alumnos que se lanzan a realizarse durante sus estudios. Éste es el caso del equipo Formula UC3M (Universidad Carlos III de Madrid), que lleva tres años consecutivos presentándose a la mencionada prueba. Su intención: mejorar cada año un proyecto único y conseguir visibilizar una oportunidad casi desconocida.




© Araschmetterling Monoplazas preparados para la prueba de aceleración.

Gracias a ellos, y de su propia mano, podremos ir aprendiendo en los próximos meses cómo trabajan, en qué se basa la competición, así como aspectos técnicos del diseño y fabricación del monoplaza que ya están creando para la próxima temporada. Una oportunidad de acercarnos al mundo del motor desde dentro, dándole voz a una valiente e innovadora forma de aprendizaje.

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